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CHIAPAS A PIE DE CARRETERA +1,500 KM DE RECORRIDO (1/3)

Foto del escritor: erickfkderickfkd

Después de muchos meses babeando por todas las fotos que la gente comparte de sus viajes por Chiapas logramos planear un viaje que nos permitiera conocer la mayor cantidad de lugares posibles, teniendo en cuenta que esta zona del país está atravesada por dos cordilleras que la convierten en un lugar de tránsito complicado entendimos que no podía ser un plan fácil, al contrario, si lo íbamos a hacer, tenía que ser en grande y así nos embarcamos en un maratónico viaje de 10 paradas, 9 días y + de 1,500 kilómetros.

Un viaje que nunca vamos a olvidar.

Villahermosa, Tabasco.



Tal vez te preguntarás: ¿Por que empezar por Tabasco y no directo en chiapas? la razón mas importante no viene en este momento del viaje, sino al final ya que esta no es realmente una parada (no dormimos aquí), más bien es un checkpoint, pues para completar nuestra aventura tuvimos que rentar un coche y considerando las largas distancias que hay entre algunos puntos decidimos que era mejor dejar para nuestro ultimo traslado importante un trayecto corto que nos permitiera ir más tranquilos ante cualquier eventualidad y obviamente mucho menos cansados.

La sinuosa carretera te lleva junto a rios caudalosos, planicies hermosas llenas de pasto y vegetación baja y varios cerros neblinosos que albergan en sus valles algunas comunidades

De cualquier manera tuvimos la oportunidad de ver Villahermosa desde el avión y el coche y podemos decir que parece una ciudad muy interesante a la cuál queremos volver para dedicarle el tiempo necesario, por esta vez, solo pudimos ver de lejos sus ríos, lagos y parques.

El caso es que rentamos el coche en el aeropuerto e inmediatamente nos subimos para embarcarnos en nuestra esperada aventura con rumbo a nuestro primer destino...

1a parada: Tuxtla Gutierrez.

El trayecto de casi 4 horas es simplemente impresionante, la sinuosa carretera te lleva junto a rios caudalosos, planicies hermosas llenas de pasto y vegetación baja y varios cerros neblinosos que albergan en sus valles algunas comunidades que te amenizan el camino, pero lo más impresionante es un puente de casi 2 kilómetros de largo (Puente Chiapas) que te permite cruzar la gigantesca presa de Malpaso.

Además, bajo el puente encontrarás unos pequeños restaurantes locales donde podrás recargarte de energía con un buen desayuno y una vista maravillosa de la presa, el puente y sus alrededores.


Dejando atrás el camino y una vez llegando a Tuxtla pasamos a dejar nuestras maletas en el hotel para ir corriendo al Cañón del Sumidero, se nos empezaba a hacer tarde y no estábamos muy seguros de hacia donde teníamos que ir así que pedimos instrucciones que nos encaminaron hacia Chiapa de Corzo desde donde salen todos los tours al Cañón; el problema es que no solo hay un embarcadero, hay varios y con horarios diferentes, pero por razones de tiempo no podíamos dejar esto para otro día y por suerte, lo logramos, nos subimos en la última lancha que salía del embarcadero ese día y solo podemos decir que el esfuerzo valió la pena.

El Cañón del Sumidero



No hay palabras ni imágenes para describir lo que es este lugar, es simplemente impresionante, nada de lo que habíamos oído o visto nos preparó para la majestuosidad de esta formación geológica con tintes monumentales que te abraza con sus paredes que llegan a medir hasta 1,000 metros de altura y las cuales además albergan una buena cantidad de animales como cocodrilos, monos araña y muchas, muchísimas aves, el recorrido de 64 km en lancha (32 de ida y 32 de regreso) simplemente te dejará sin aliento.


Regresando del Cañón decidimos ir a conocer el centro de Tuxtla, en el camino nos dio hambre y pasamos a comer a Las Pichanchas, un restaurante que sirve comida típica chiapaneca bastante bueno y que se caracteriza por servir una bebida llamada Pumpo hecha a base de piña, vodka y agua mineral, 100% recomendado.


El Cañón del Sumidero (Desde arriba)


Ya en el segundo día y después de ir a conocer un poco Tuxtla investigamos cómo podíamos llegar a los miradores del Cañón ya que el día anterior nos habían comentado que valía la pena visitarlos (nosotros no lo teníamos considerado en el itinerario).

Sea en el orden que sea, no puedes dejar de visitar el cañón desde las dos perspectivas, cada una te ofrece una visión totalmente diferente y te ayuda a entender el verdadero tamaño de lo que estás presenciando. Para hacer el recorrido del cañón desde los miradores tienes que llegar al Parque Nacional Cañón del Sumidero, que en nuestro caso llegamos en coche y de la entrada tomas una pequeña carretera que te llevará a cada uno de los diferentes miradores con los que cuenta el parque.

En nuestro caso llevábamos un poco de prisa y no alcanzamos a recorrer todos los miradores, sin embargo los 3 que visitamos valen toda la pena. Una vez más, es simplemente IMPRESIONANTE.

Chiapa de Corzo


Después de nuestra aventura mañanera tomamos el coche para dirigirnos a tomar un bien merecido desayuno en Chiapa de Corzo, que está realmente muy cerca de Tuxtla.

El malecón del río Grijalva donde podrás encontrar restaurantes, embarcaderos para visitar el Cañón, músicos con marimba incluida y algunos vendedores ambulantes

Te recibe su plaza adornada con un bellísimo kiosco de ladrillo naranja donde la gente acude a tomar la sombra durante los días de descanso; este kiosco en realidad es una fuente llamada La Pila de estilo mudéjar construida en 1562 bajo las ordenes del fraile Rodrigo de León y es el centro de atención y de convivencia tanto de los habitantes como de los visitantes de este bello pueblo mágico.

Después de tomar nuestro desayuno seguimos por nuestro recorrido callejero, afortunadamente nuestra visita cayó en sábado lo cuál nos permitió conocer su tianguis de artesanías que se pone en una calle que te lleva directamente hasta el malecón del río Grijalva donde podrás encontrar restaurantes, embarcaderos para visitar el Cañón, músicos con marimba incluida y algunos vendedores ambulantes que te ofrecen helados o algunas bebidas para apaciguar el calor.

Parecerá redundante esta recomendación, pero por ninguna razón dejes de visitar este hermoso pueblo mágico.

2a Parada: San Cristóbal de las Casas



Tras el descanso express en Chiapa de Corzo continuamos con nuestro agitado itinerario para poder llegar a tiempo a San Cristóbal, 53 km nos separaban de nuestra siguiente parada en el camino, el camino poco a poco se iba adentrando en las laderas de las montañas que forman la zona conocida como Los Altos de Chiapas de la cuál el centro urbano más importante y que alguna vez fue la capital del estado es San Cristóbal de las Casas.

Llegar a San Cristóbal es abrirte paso en la historia de México, sus casas bajas, con sus puertas y ventanas de madera enmarcadas

Poco más de una hora después comenzamos a visualizar una pequeña ciudad cobijada por los cerros, vigilada por los árboles que crecen en ellos y embellecida por coloridas iglesias cuyas cúpulas destacan en altura de las casas que las rodean. Hemos llegado y conforme nos vamos acercando al centro la atmósfera cambia, el aire se llena de un aire especial y la magia se empieza a sentir.

Llegar a San Cristóbal es abrirte paso en la historia de México, sus casas bajas, con sus puertas y ventanas de madera enmarcadas te ayudan a hacerte una idea de como se pudieron haber visto la Ciudad de México, Guadalajara o Puebla en tiempos coloniales y al menos para nosotros, esta comparación es inigualable.

Tras dejar nuestro equipaje y el coche donde nos íbamos a hospedar decidimos caminar hacia el centro de la Ciudad, el Airbnb que escogimos se encuentra directamente sobre la avenida Real de Guadalupe que recorre desde el centro de la ciudad hasta la Iglesia de Guadalupe, nosotros estábamos justo enfrente por lo que decidimos empezar desde ahí; para llegar a ella tienes que subir unos cuantos (bastantes) escalones, pero la vista te lo compensa, ya que te permite hacer un recorrido de la ciudad desde lo alto, no lo dejes pasar.


OFERTAS DE HOTELES EN SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS

Una vez bajando de la iglesia nos encaminamos derechito hasta el centro, kilómetro y medio de casas, comercios, restaurantes, cafeterías, un pequeño "mercado" de esos nuevos que juntan varios restaurantes y personas, personas caminando, personas comiendo, personas bailando, personas comiendo... increíble, todo lleno de vida hasta llegar al centro donde la magia y la vida sigue; un baile prehispánico por aquí, artesanías un poco más para allá, una parvada de palomas volando entre los edificios justo por encima de tu cabeza, lo repito, INCREÍBLE.

Después de pasar a comer en el "mercado" que está sobre Real de Guadalupe salimos a buscar un tour de esos que te llevan en un camioncito tipo tranvía por la ciudad mientras te van contando lo más importante de la misma, otra de esas pequeñas cosas que nosotros hacemos casi de manera religiosa allá donde vayamos y que te recomendamos hacer, pues por poco dinero (normalmente no pasan de $100) te dan un recorrido rápido por los lugares importantes y ya después puedes ir por tu parte si es que te gustó mucho alguno en especial.

3a Parada: Comitán

Salimos de San Cristóbal sin realmente querer hacerlo, queríamos estar ahí por mucho tiempo, pero nuestra agenda nos marcaba otro checkpoint en el camino, a casi dos horas de distancia nuestra siguiente parada era más bien una parada técnica que algo que de verdad quisiéramos hacer; nuestra tercera noche nos agarraba justamente en año nuevo por lo que al planear el viaje buscamos quedar en un lugar donde por lo menos tuviéramos dónde poder festejar un poco el año que llegaba, por ello decidimos pasar esa noche en Comitán.

Cascadas "El Chiflón"

Una vez llegando a Comitán pasamos rápidamente al hotel a dejar nuestras maletas para poder ir hacia este sistema de cascadas que se encuentra a unos 45 minutos de la ciudad; el camino, como casi todos los que recorrimos es una carretera de dos carriles (ida y vuelta) donde pasan pocos coches que sube y baja por los cerros y los valles, un poco pesado si consideramos que llevábamos ya dos horas de camino, pero el hambre de aventura siempre puede más en nosotros.

Una serie de escaleras se abre paso cerca de la cascada para llevarte a otras que se alcanzan a ver más arriba, a lo lejos, pero esta vez fuimos derrotados.

Al fin llegamos, te cobran una cuota de $45 por persona para entrar y ya en el estacionamiento encontramos que había varios coches y bastantes personas disfrutando del agua azul turquesa de las cascadas y refrescándose del intenso calor que hacía, nos cambiamos rápido y salimos directo a subir por la lateral de todo el río haciendo paradas en las diferentes cascadas que se han formado en el camino.

El camino es un poco pesado, para llegar a la cascada más importante, Velo de Novia, cuya caída alcanza los 70 m de altura, tienes que recorrer poco más de dos km y ¡además de subida! Estuvimos a punto de desistir, pero nos esforzamos para poder tener la impresionante vista de la cascada; cabe destacar que aún había camino por delante, una serie de escaleras se abre paso cerca de la cascada para llevarte a otras que se alcanzan a ver más arriba, a lo lejos, pero esta vez fuimos derrotados.

Derrotados entre comillas por que el recorrido es maravilloso, hay algunas partes del río entre cascadas donde te puedes meter si eres lo suficientemente valiente como para aguantar el agua helada que corre por el Río San Vicente, yo no lo logré, alcancé a sentarme y mojarme un poco la cara (en mi defensa puedo decir que tenía un cuadro de tos bastante fuerte) y ella, friolenta como siempre solamente metió sus pies un poco, pero la vista, el azul del agua, la sensación de estar ahí nadie te lo quita, belleza al 100%.

Comitán

Salimos de las cascadas ya con el sol poniéndose, el camino de subida, escalando entre las faldas de los cerros nos permitió tener una vista privilegiada del último atardecer del año entre arboles y una gran planicie que poco a poco se tornó anaranjada con toques dorados; cansados pero con ganas de pasar un buen rato festejando el año nuevo llegamos al hotel y decidimos salir a buscar donde podríamos ir a cenar, ¡OH SORPRESA! cada uno de los restaurantes donde íbamos preguntando nos decían que iban a cerrar a las 9, máximo a las 10; nosotros acostumbrados a la Ciudad de México donde hay festejos de año nuevo en cada esquina simplemente no lo podíamos creer, estábamos muy tristes por que no íbamos a tener festejo de año nuevo. Pero lo logramos.

Solamente un restaurante en el centro de Comitán estuvo abierto durante buena parte de la noche y aunque no estuvimos ahí hasta las 12 de la noche, para nosotros fue la salvación. Cenamos en el Café 500 Noches que está justo a un lado del palacio municipal, en la plaza principal de la ciudad, una cena bastante buena que compensó nuestra casi desilusión previa.

Año nuevo, pero el viaje continuaba

Después de la cena salimos a recorrer el centro de la ciudad esperando que a la media noche pudiéramos ver un espectáculo de fuegos artificiales como los de la CDMX, una vez más, no lo logramos, en la ciudad normalmente se realizan este tipo de espectáculos en las plazas públicas y nosotros esperábamos algo muy similar y aunque al final no lo logramos, pudimos divertirnos con una familia que llevaba sus propios cuetes que aunque no suplieron lo que esperábamos, nos hicieron pasar un buen rato.

Año nuevo, pero el viaje continuaba, llevábamos apenas una tercera parte del viaje y no lo podíamos creer, aún hoy, recordando para poder escribir lo que aquí comparto siento que fueron semanas las que pasaron para llegar hasta este punto, cientos de fotos y videos ayudan a que parezca que esto es mucho más largo de lo que realmente fue.

En el siguiente post les seguiremos compartiendo esta aventura, deja tus comentarios abajo y si te ha gustado lo que lees ¡COMPÁRTELO! te lo agradeceremos mucho.

Gracias

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